viernes, 6 de septiembre de 2019

DANZA ORIENTAL



Soy la mujer que ama los territorios prohibidos de tu selva
Soy la mujer de agua y fuego encendida en tu árbol
Desnuda como dríada me posee tu roble
oculta entre tus ramas me alimenta tu voz
Reptando en los jardines de tus profundos bosques
entregaré  mis muslos al abeto robusto de tu cuerpo
Ninfa herida de muerte con la ternura de tu espada  
Fluiré de placer entre el suave musgo de tu pecho nevado
entre los dos fuertes olivos de tus brazos
que hacen temblar la piel de mis insectos
Tú, dios que fecunda mi ciruelo
exhala el vino blanco de tu aliento sobre la fauna salvaje de mis ríos
yo te daré mi corazón marino
tú, la eternidad de los crepúsculos  
y  tus semillas inundarán mi cauce hasta explotar la luz de mis orgasmos
cuando sobre mi agonía más intensa te levantes triunfante y bendecido
como un alce gimiendo de placer sobre mi templo
Hombre que me amaneces desnudo en mis entrañas
déjame beber la savia dulce de tu caña amorosa
déjame arder con el aroma de tu sal en mi lengua
seré la hembra inmersa en la humedad lasciva de tus bordes
Lobo estepario que penetra la voz de mis poemas
Vacíame  de soledad
Lléname con tus deseos
y pletóricos ambos de universo
crearemos nuestro ígneo lenguaje
con toda la innombrable obscenidad del cosmos
Tú amarás la humedad de mis cavernas
yo amaré la dulzura de tu esperma
Al final de este viaje me dormiré de amor en tus raíces
mientras tú te acurrucas como un niño en las cálidas costas de mi sueño

ELVIA DEL PILAR  BENÍTEZ

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